Sam Harris escribió en 2012 un pequeño artículo en su blog en el que da su versión del término "espiritual", tan manido entre gurús y demás fauna creyente, para hablar del mal uso etimológico que estos hacen de él y el cómo la ciencia ha renunciado a su uso por no mezclarse con aquellos. Con motivo del estreno de "Cosmos" y el uso que Neil deGrasse Tyson ha hecho en el programa de esta controvertida palabra, Harris ha rescatado su propio artículo para discutir si es correcto desde un punto de vista científico hablar de lo "espiritual".
Sam Harris |
Al escribir mi próximo libro, voy
a tener que enfrentarme a la animadversión que mucha gente siente por el
término "espiritual". Cada vez que uso la palabra –por ejemplo en
referencia a la meditación como una "práctica espiritual"-
inevitablemente escucho a compañeros escépticos y ateos que piensan que he
cometido un grave error.
La palabra "espíritu"
viene del latín spiritus, que a su vez es una traducción del griego pneuma, que
significa "aliento". Alrededor del siglo 13, el término se ligó a
nociones de almas inmateriales, seres sobrenaturales, fantasmas, etc. Adquirió
otras connotaciones como cuando hablamos del espíritu de las cosas como su
principio más esencial, o de ciertas sustancias volátiles y licores como
espíritus. Sin embargo, muchos ateos consideran ahora lo "espiritual"
como algo profundamente envenenado por su asociación con la superstición
medieval.
Me esfuerzo por la precisión en
mi uso de la lengua, pero no comparto esas preocupaciones semánticas. Y quiero
señalar que mi difunto amigo Christopher Hitchens –para nada enemigo del lexicógrafo- tampoco
lo compartía. Hitch cree que "espiritual" era un término del que no
podíamos prescindir, y en varias ocasiones lo arrancó del lodazal de lo
sobrenatural en el que ha languidecido durante casi mil años.
Es cierto Hitch no pensaba en la
espiritualidad precisamente de la manera en que yo lo hago. Por su parte habló
de los placeres espirituales ofrecidos por ciertas obras de la poesía, la
música y el arte. La simetría y la belleza del Partenón encarnaban este feliz
extremo para él, sin el requisito de tener que admitir la existencia de la
diosa Atenea, y mucho menos de tenernos que dedicarnos a su culto. Hitch
también utilizó los términos "numinoso" (que está relacionado con la
manifestación de poderes divinos N. del T.) y "trascendente" para
marcar ocasiones de gran belleza o importancia-y para él el Campo Profundo
del Hubble era un ejemplo de ambos. Estoy seguro de que era consciente de
que las excursiones pedantes al Diccionario Inglés de Oxford también producirían
vergüenzas etimológicas con respecto a estas palabras. Carl Sagan también
utilizó libremente el término espiritual de la misma manera. (Véase C. Sagan
1995 “El mundo y sus demonios” Nueva York:...... Random House, página 29)
Debemos recuperar las buenas
palabras y usarlas bien-y esto es lo que pretendo hacer con
"espiritual." No tengo problemas con el uso general de la palabra de
Hitch y de Sagan para significar algo así como "la belleza o la
significancia que provoca admiración”, pero creo que también podemos usarlo en
un estrecho y, de hecho, más personalmente transformador sentido.
Por supuesto, "espiritual"
y sus afines tienen algunas asociaciones desafortunadas no relacionadas con su
etimología-y voy a esforzarme al máximo para cortar esos lazos también. Pero no
parece haber ningún otro término (aparte de la aún más problemática
"mística" o la más restrictiva "contemplativa") con el que
discutir los esfuerzos deliberados que algunas personas hacen para superar su
sentimiento de separación a través de la meditación, la psicodelia, u otros
medios de inducción de estados no ordinarios de conciencia. Y me encuentro con
neologismos pretenciosos y molestos. Por lo tanto, me parece que no tengo otra
opción: "Espiritual" lo es.
ARTÍCULO ORIGINAL EN INGLÉS: http://www.samharris.org/blog/item/a-plea-for-spirituality
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