Toca hoy turno para una actividad que se realiza en colegios, públicos y privados, y que para no ser menos promete la mejora en todos aquellos procesos cognitivos del alumno que este precise: la kinesiología educativa. Un auténtico furor en Reino Unido (donde centenares de escuelas la aplican), basa su acción y filosofía en una serie de principios supuestamente científicos. ¿De dónde proviene tal revelación educativa?
Imagínese por un momento una aula donde algunos de sus alumnos tienen problemas de hiperactividad, otros de dislexia, a otros se les resiste la comprensión lectora, mientras unos cuantos más presentan problemas con el razonamiento matemático. Sin duda, un reto colosal para un maestro que tenga que afrontar tal situación. Pues no se preocupe, porque la kinesiología educativa tiene solución para esto y mucho más. Quizás el nombre de "kinesiología educativa" no le sea del todo familiar. ¿Qué tal si probamos con "Brain Gym"? El Brain Gym son una serie de 26 movimientos "simples y agradables" destinados "a mejorar las habilidades de aprendizaje a través del uso de ambos hemisferios cerebrales."
También según el Brain Gym hay tres aspectos muy a tener en cuenta:
1- El aprendizaje es una actividad agradable y natural que se da a lo largo de toda la vida.
2- El bloqueo del aprendizaje del estudiante es causado por la incapacidad de hacer frente a la ansiedad y el estrés derivados de una tarea que se percibe como "muy difícil".
3- Estamos todos más o menos bloqueados por lo que al aprendizaje se refiere, ya que todos hemos aprendido a no movernos.
Sobre el punto 1 y 2 podríamos hacer algunas puntualizaciones, aunque podamos coincidir parcialmente en sus apreciaciones (digámoslo claro: no todo aprendizaje es agradable ni natural y no todo bloqueo estudiantil tiene como causa la dificultad de una tarea concreta), pero donde queremos hacer hincapié es en el tercer punto. Al igual que las Inteligencias Múltiples justificaban el fracaso escolar de muchos alumnos amparándose en el hecho que en la escuela sólo se trabajaba con dos de las 8 inteligencias posibles (recordemos, la lingüística y la matemática) el Brain Gym achaca la culpa al hecho de no movernos y por tanto, no ejercitar el cerebro de la manera adecuada. Una vez más, al alumno no se le pide ninguna explicación sobre su casual pobre rendimiento, todo es un mal enfoque del perverso mundo adulto escolar. Ésta es una dinámica bastante reincidente en este tipo de pseudopedagogías que malinterpretan lo que es que el alumno sea el centro del aprendizaje. Una cosa es ser el centro y la otra es convertirlo en un rey absolutista al que no hay que exigirle nada cuando hace las cosas mal. Independientemente de esto, la kinesiología educativa, como ya hemos dicho,tiene su propio método triunfador a prueba de bombas.
A principios de los años 80, el doctor Paul Dennison junto a su esposa Gail, crearon la kinesiología educativa a partir de unos estudios propios realizados durante la década de los 70 que interrelacionaban el movimiento de diferentes partes del cuerpo con una serie de habilidades académicas. Así, fundaron una serie de centros de lectura donde, basándose en sus investigaciones en diferentes campos como la psicología o la neurociencia, adaptaron unos movimientos específicos a las necesidades de sus estudiantes. Por poner algunos ejemplos, puede hacer ejercicios de "conexión" contorsionando los dedos presionándolos entre sí para conseguir "conectar los circuitos eléctricos del cuerpo, y de ese modo contener y, por lo tanto, centrar tanto la atención como la energía desorganizada" o bien, si lo prefiere, dedíquese a mover las orejas con los dedos de cara a "estimular la formación reticular del cerebro para disipar las distracciones y los sonidos irrelevantes y sintonizar con el lenguaje". Estos, entre otros, son algunos de los movimientos especificados en el "Manual de Brain Gym para el profesorado". ¿Quieren más? ¿Qué tal uno que mejore la comprensión lectora de sus alumnos? Es muy sencillo: hágale mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás con lo que "hará incrementar la circulación sanguínea hacia el lóbulo frontal, lo que favorece una mayor comprensión y (¡no se lo pierdan !) el pensamiento racional." Vean en el siguiente cuadro algunos movimientos más:
Otro aspecto a considerar es el del agua. Según la kinesiología educativa, esta es absolutamente imprescindible para el éxito de la gimnasia cerebral, pues tal como explican, al ser un componente fundamental de la sangre, esta resulta de vital importancia para transportar oxígeno hasta el cerebro. Así que, antes de empezar con los movimientos, hay que beber un vaso de agua. Pero cuidado, asegúrese que el alumno no la traga, pues el agua debe retenerse en la boca porque así "podrá ser absorbida directamente desde allí hacia el cerebro". Eso es atajar camino, sí señor. Y recuerde que, también según ellos, el agua de los alimentos no cuenta porque, aparte que los alimentos procesados no contienen nada de ella, alimentos líquidos como la sopa "son procesados por el cuerpo como alimento y no atienden las necesidades hídricas de nuestro organismo."
Es difícil encontrar más disparates en menos espacio, pero ahí está: Brain Gym está financiada por las autoridades educativas locales y financiada por el estado en el Reino Unido y la formación necesaria para aplicarla cuenta como crédito curricular para el profesorado. ¿Y en España? Les enlazamos con la página oficial y admiren las credenciales de las dos máximas responsables de hacer proselitismo de esta gran panacea educativa. Ante la perspectiva de hacer el curso correspondiente, mire qué ventajas van a poder sacar sus alumnos:
– Incremento de la auto-estima.
– Incremento de la motivación.
– Habilidades para identificar y superar el estrés.
– Una mayor conciencia y respeto de su inteligencia corporal, y del espacio personal.
– Herramientas únicas para la creación de equipos, y para desarrollar la cooperación y la creatividad.
– Todo aquello que te propongas y puedas imaginar…
Con este último punto en el que se nos promete que conseguiremos todo aquello que nos propongamos y podamos imaginar realmente nos han ganado. Bromas aparte, esto es justamente lo que no necesitamos en nuestro ya suficientemente maltrecho Sistema Educativo.
Pero aún no terminamos con ese milagro metodólogico que es la kinesiología educativa. En ella también se habla de las 7 dimensiones de la inteligencia (por cierto, debidamente registradas) y que por lo que parece tienen unas repercusiones específicas que afectan a todos los niveles de la existencia. Los expertos en la materia han descubierto, según ellos, cómo afecta al aprendizaje cada dimensión y cómo podemos integrar aprendizajes siendo conscientes. Admiren las 7 dimensiones de la inteligencia y sus usos:
Dimensión Lateralidad Aspecto relacionado: Comunicación
Dimensión Motivación Aspecto relacionado: Actitud
Dimensión Centraje Aspecto relacionado: Organización
Dimensión Enfoque Aspectos relacionados: Comprensión. Atención. Perspectiva
Dimensión Movimientos Craneales Aspecto relacionado: Ritmo
Dimensión Respiración Aspecto relacionado: Poder
Dimensión Reguladores Corporales Aspecto relacionado: Autogestión
A su lado, las inteligencias múltiples de Howard Gardner ganan en plausibilidad y coherencia, y es que las cosas siempre pueden empeorar a poco que uno se esfuerce.
Pero, ¿hay algún aval para afirmar que el movimiento ayuda al cerebro a aprender mejor? En un metaanálisis en el que se analizaron 44 estudios (Sibler y Etnier, 2003) en los que intervinieron niños en edad escolar entre los 4 y los 18 años, se encontró una correlación positiva entre la actividad física y el aprendizaje. Se analizaron ocho categorías cognitivas: habilidades perceptivas, cociente de inteligencia, resultados académicos, tests verbales, tests matemáticos, memoria y una última en la que se incluían áreas diversas relacionadas con la creatividad o la concentración. Los resultados revelaron que el ejercicio físico fue beneficioso para todas las categorías salvo para la memoria y aunque este efecto positivo se encontró en todas los grupos asignados por edades, fue mayor en los niños de los grupos entre 4-7 y 11-13 años que en los de 8-10 y 14-18 años. (1)
Por tanto, sería hasta recomendable introducir algún tipo de ejercicio físico entre clase y clase, para darle al niño la oportunidad de descansar de su actividad y "preparar" su cerebro para el siguiente reto cognitivo que le planteemos. A veces, bastaría simplemente con salir a estirar las piernas. Una manera más sencilla y gratuita que lo que supone adoptar la kinesiología educativa en el centro escolar, pues también es una marca registrada con su copyright; así que ya lo sabe, si quiere aplicarla, tendrá que hacer el consiguiente pago a sus autores que han conseguido así comercializar el sentido común. Una jugada perfecta para sus bolsillos, una pésima inversión en materia educativa.
(1) Para más información sobre la relación entre ejercicio físico y mejora académica: https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2015/03/15/puede-el-ejercicio-fisico-mejorar-el-rendimiento-academico/
AÑADIDO POSTERIOR AL ARTÍCULO:
Juan Cruz Ripoll nos ha hecho llegar este mensaje con unos enlaces que casan tan bien con la perspectiva e intención de esta serie de artículos, que hemos encontrado imprescindible hacer un copia/pega de manual. ¡Gracias Juan!
Hace casi un año participé en la elaboración de un informe sobre la (in)eficacia de distintas intervenciones alternativas para la dislexia. En él se hablaba, concretamente de Brain Gym y de la kinesiología aplicada. Sobre Brain Gym existe una revisión de investigación (Hyatt, 2007)
http://rse.sagepub.com/content/28/2/117.short
que desaconseja su uso.
El soporte científico (investigaciones de calidad que muestren la eficacia) de la kinesiología para su uso educativo es ínfimo.
Quien tenga curiosidad por ver el informe, que trata otras intervenciones "alternativas" puede encontrarlo en https://app.box.com/s/k2c9vv7xrvft3f0oj0jsyxtut4abtk00